Historia

Los valores medioambientales y naturales están protegidos, en convivencia con usos humanos

disfrute de la naturaleza

Actividad humana

Los dos embalses de Leurtza se construyeron a comienzos del siglo XX, y su explotación se destina a la producción eléctrica a través de la tubería de presión que, tras salvar en una corta distancia un desnivel superior a 250 metros, alimenta la central situada río abajo. Para realizar esta obra se construyó una pista de acceso desde Urrotz, hoy camino rural asfaltado desde la década de los 80, y se habilitó una cantera de extracción de piedra cuyos restos se observan en la orilla derecha del embalse inferior. Al parecer, también existió un proyecto, no llevado a cabo, de canalizar las aguas de la vecina regata de Anizpe hasta Leurtza.

La actividad forestal, tradicional en los bosques de Leurtza como en toda la Navarra atlántica, sufrió una notable transformación tras la construcción de los embalses: el buen acceso al lugar por la amplia pista permitió el desarrollo de la silvicultura y así los bosques de carboneo, de anchos y viejos árboles trasmochos, fueron desapareciendo para dar paso a los jóvenes hayedos que hoy podemos contemplar. En las laderas de Leurtza aún son visibles las plazas de carboneo (pequeños rellanos circulares), testigos de este antiguo y desaparecido oficio. Hoy, Leurtza es un bosque forestal ordenado y forma parte del patrimonio comunal de los pueblos de Urrotz y Beintza-Labaien, y durante años ha sido una importante fuente de ingresos para los municipios.

La ganadería es otra actividad presente en Leurtza: cuidados y cercados pastizales, con sus bordas de ganado ovino y vacuno, pastizales abiertos junto a los embalses y en las laderas de Munazorrotz, y helechales de corte anual, indican una actividad tradicional en armonía con otros usos.

La caza, fundamentalmente de paloma torcaz, se practica en otoño, con el paso migratorio desde Europa hacia la Península Ibérica. Los pasos de montaña de Uztakorta, Zumardena y Mugakosoro y las laderas de Askalda y Pariarte son puntos estratégicos donde se ubican las “trepas” o puestos de caza a escopeta encaramados a los árboles. La actividad se organiza en cotos municipales que son utilizados por los vecinos o subastados a particulares, resultando una vía de ingresos para los ayuntamientos.  En menor medida, también se caza la becada y se realizan batidas de jabalí en las proximidades.

Hoy Leurtza es un lugar donde los valores medioambientales y naturales  están protegidosen convivencia con usos humanos tan diversos como la explotación hidroeléctrica, la actividad ganadera, el uso forestal, la caza, la pesca, la recolección de setas y actividades de ocio como el senderismo, el montañismo o la plácida observación y disfrute de la naturaleza.

Desde la preshistoria

Un poco de historia

La presencia humana en Leurtza y su entorno es conocida ya en la prehistoria, hace unos 5.000 años, como lo atestiguan los cercanos dólmenes de Pittortzar y Mugakosoro, o el túmulo de Axerizulota, cerca de Udarregi, y el dolmen de Pallue, en Beintza-Labaien. Eran tribus pastoriles, seguramente nómadas, conocedoras del bronce y que nos dejaron sus monumentos funerarios casi como rastro único de su presencia. Cabe pensar que entonces el bosque no sería tan extenso y los pastizales ocuparían una mayor superficie que en la actualidad.

Hasta la Edad Media el lugar sería lo que los romanos denominaron “la selva de los vascones”, un territorio salvaje e inhóspito… dedicado al pastoreo y al carboneo de sus bosques, sobre el que se va trazando una red de caminos a través de los puertos de montaña entre la Navarra continental (cuenca de Pamplona y valle de Ultzama) y la Navarra marítima o valle del Bidasoa, algunos de ellos posteriormente empedrados como la calzada de Urrotz a Eltzaburu. Se delimitan también los términos municipales como lo atestigua el mojón del año 1781 situado en el collado de Zumardena.

A lo largo del siglo XIX el entorno de Leurtza fue escenario de variosepisodios de las Guerras Carlistas, destacando entre ellos la batalla de Larremear el 12 de marzo de 1835 entre las tropas liberales, dirigidas por el general Espoz y Mina, y las carlistas, dirigidas por el general Zumalakarregi. En mayo de 1872, durante la Tercera Guerra Carlista, la próxima localidad de Orokieta (valle de Ultzama) fue escenario de una batalla que originó la primera actuación de la Cruz Roja de Navarra.

Mientras, la apertura de la carretera de Belate supuso una dura competencia para el tráfico de mercancías en otros pasos de montaña tradicionales, por lo que en algunos se realizaron mejoras de la calzada y pavimento, como en el camino empedrado de Zumardena.

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